Mi obra se desliza por el sendero del eterno fluir vital, rescatando la armonía como única forma de convivencia posible de los hombres entre sí y de relacionarse con el cosmos.
La naturaleza, como derivado de ese contexto, es parte importante y necesaria en la búsqueda denodada de equilibrio de partes, que conviven en relación de dependencia.
Este texto, que escribí como fundamento teórico de mi proyecto denominado Microcosmos, revela su significado más íntimo:
¡Oh, viejo estanque...!
Salta una rana,
...¡El ruido del agua!...
La dimensión humana y su relación con el cosmos.
El yo ocupando un espacio,
en sucesión de
infinito.....................................................................................................................
Un lugar en el fluir eterno,
ficción- realidad, siento – dejo de sentir
falso – verdadero
todo sigue fluyendo sin
continente ..................................................................................................................
Un tiempo,
mi tiempo, el tiempo de los demás,
es tan pequeño... que se disuelve en el constante fluir;
nada,
en la nada,
lo absurdo es trascendente.
Intento vivir,
me aferro a algo, amo, gano, pierdo, me contemplo, me fragmento,
me reconstruyo..........................................................................................................
quizás
todo sea solamente un juego.
Diana Randazzo
En su estudio de calle Lavalle, abril del 2001